No resulta fácil, ni siquiera para los avezados especialistas en la materia, discernir lo que nos trae el mes de septiembre tras la vuelta de las acostumbradas vacaciones de verano, acaso en esta ocasión más agitadas de lo que suele ser habitual. Espera, incertidumbre y esperanza se combinan, en diversas proporciones según los variados (y legítimos) puntos de vista, tras los distintos acontecimientos acaecidos a lo largo de las pasadas semanas.
Es evidente que en Linguaserve no contamos con la capacidad para predecir el futuro aunque desde luego tras dos décadas de presencia ininterrumpida en el mercado sí gozamos de la necesaria competencia para afirmar que la situación de impasse que se vive en España no beneficia ni a la economía en general ni a la industria de globalización, localización, internacionalización y traducción de contenidos en particular.
Mientras tanto los indicadores macroeconómicos prosiguen su curso y presentan un escenario tan variopinto como complejo. Todavía están recientes los efectos de la última y formidable recesión que arrasó buena parte del tejido productivo español y cercenó de raíz la capacidad de consumo de las economías domésticas. Sus dolorosas enseñanzas no deberían caer en saco roto.
Por nuestra parte, únicamente podemos garantizar nuestro compromiso con el sector GILT genéricamente considerado, con nuestros clientes y recursos humanos, con nuestros proveedores y colaboradores. Apostemos juntos por valores como el reforzamiento de la calidad en el conjunto de nuestros procesos o el empleo activo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. El trabajo en equipo se convertirá en el método más eficaz para afrontar los indudables desafíos que nos aguardan.
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