Son muy altas las torres económicas que han caído durante estas últimas semanas. Su mera enumeración produce cierto escalofrío: entidades financieras con muchas décadas de vida a sus espaldas, compañías que antaño fueron el espejo en el que se miraban los aspirantes a empresarios, instituciones que apenas hace unos meses parecían estar más allá de toda duda en cuanto a credibilidad y solvencia se refiere-
Boletín número 58