Son varios los seguidores de Contextos que a lo largo de estos últimos meses se han puesto en contacto con nosotros para solicitar una definición precisa de qué se entiende por traducción jurada y cuáles son las aplicaciones de esa clase de servicios.
Aunque sobre este tema publicamos hace apenas unos meses un artículo monográfico bajo el título -La traducción jurada ante el entorno de la Sociedad de la Información-, consideramos que no está de más volver sobre el asunto. Además, prometemos publicar en breve un informe monográfico sobre este asunto.
La traducción jurada es una modalidad llevada a cabo por un profesional conocido como «traductor jurado» que cuenta con la pertinente autorización otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. El traductor jurado actúa como un notario y da fe pública de la veracidad del documento traducido, lo que da idea de la magnitud y trascendencia de la labor que lleva a cabo.
En los servicios de traducción jurada que son prestados por Linguaserve, antes de sellar la traducción este profesional debe cotejar el documento que nos hace llegar el cliente con el documento original, por lo que el cliente deberá proporcionarnos el documento original antes del arranque del proyecto. En caso de no disponer de los documentos originales en papel, el traductor jurado podrá incluir una nota en la traducción que indique que se han utilizado documentos originales en formato electrónico para realizar el trabajo, grapándose si procede una copia de los mismos a la traducción.
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