Concluye lo que, de manera coloquial, podríamos denominar curso 2013-2014. El balance es, en todo caso, un poderoso mosaico de luces y sombras aplicable tanto a la situación económica española en general como al caso concreto del sector de globalización, internacionalización, localización y traducción (GILT).
En el lado de las sombras apuntamos un clima de abierta incertidumbre, con una opinión pública que da crecientes muestras de insatisfacción y hastío ante sus dirigentes políticos y que no duda en explicitar dicho sentimiento ante las urnas. La larga recesión facilita la crispación social hasta límites insospechados años atrás.
Por el contrario, el análisis (eso sí muy matizado) de determinadas magnitudes macroeconómicas abre las puertas para la esperanza: los niveles de desempleo han marcado límite (aunque con un extraordinario coste social); las previsiones de crecimiento para 2014 y 2015 son del 1 y del 1,5 por ciento respectivamente según una media ponderada de distintas instituciones nacionales e internacionales; y se cerrará 2014 con un saldo positivo en las balanzas por cuenta corriente y de capital.
En el caso del sector GILT las expectativas son razonablemente positivas. La creciente internacionalización de la economía obliga tanto a las empresas como a las instituciones a prestar mayores niveles de atención a todo lo que tiene que ver con el fenómeno del multilingüismo. Por tanto, se trata de un entorno proclive para la generación de negocio aunque los niveles de exigencia de los clientes se incrementan a pasos agigantados. Desde Contextos queremos desear a todos nuestros lectores unas felices vacaciones veraniegas. Prometemos volver en el mes de septiembre con nuevos contenidos y propuestas.
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