Un reciente estudio de la UNESCO pone de relieve que algo más de la mitad de las 6.000 lenguas que hoy en día se hablan se encuentran en peligro y pueden desaparecer a lo largo de este siglo XXI. Hay casos en los que apenas quedan diez personas de una determinada etnia con capacidad para comunicarse entre sí.

Con independencia de la magnitud de los datos (el informe pone unos cuantos ejemplos al respecto), el organismo internacional considera que una de las principales razones que está impulsando este proceso de desaparición del patrimonio lingüístico mundial es que, por motivos de economía de medios, los niños que acuden a las escuelas aprenden un segundo idioma en vez del suyo natal.

Esta tendencia va claramente en contra de la noción de multilingüismo inherente a la Sociedad de la Información, que es defendida y propugnada por las empresas que desarrollan su actividad dentro del sector GILT (globalización, internacionalización, localización y traducción). Esta depauperación del acervo cultural no sólo va en contra de las lenguas en riesgo de desaparición sino que nos afecta a todos y cada uno de nosotros, ya que la pérdida de una lengua no es sólo un asunto cultural, puesto que se pierde también una forma de ver el mundo, una cosmovisión.

Más allá de planteamientos de índole empresarial, desde Linguaserve siempre hemos considerado que la lengua natal es un derecho. Y uno de los ejes directrices de nuestra actuación ha sido el establecimiento de alianzas estratégicas y la apuesta por las nuevas tecnologías de manera que faciliten la consecución de dicho derecho.

Si desea recibir anteriores números de nuestro boletín electrónico Contextos, por favor contacte con la siguiente dirección de correo electrónico: contextos@linguaserve.com