Muy a menudo se nos plantea a quienes formamos parte de Linguaserve la pregunta sobre la posible incidencia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones en la extensa gama de soluciones de la compañía. Dado que lo que atañe a la interpretación simultánea ocupa una parte significativa de tales cuestiones, considero que no está de más reflexionar sobre tal aspecto.

A primera vista da la impresión de que la interpretación simultánea constituye una de las facetas dentro de la industria GILT que más avances ha experimentado durante estos últimos años. El gradual crecimiento del peso específico del multilingüismo en la actual Sociedad de la Información y en un entorno cada vez más globalizado conlleva un indudable aumento de los recursos que se dedican al desarrollo de nuevos servicios encaminados al perfeccionamiento de la calidad y a la obtención de traducciones más y más rápidas y más y más adaptadas a los diversos idiomas.

Un examen de algunas de las iniciativas llevadas a cabo hoy en día nos permite detectar la existencia de proyectos sustentados en la inteligencia artificial que son capaces de interpretar hasta diecinueve lenguas de manera simultánea mientras la persona habla por un micrófono. Incluso pequeños dispositivos dirigidos fundamentalmente al sector de las economías domésticas soportan hasta ochenta distintos idiomas y ya hay en el mercado algunos planes para convertir los electrodomésticos en traductores personales.

En otro orden de cosas Google está desarrollando un sistema de traducción simultánea, Google Translatotron, que en términos potenciales va a disponer de la capacidad para responder oralmente y traducir audios de entrada a través de otros archivos de audio con un tono y cadencia similares al idioma que se habla. Expresado en otras palabras, nos referimos a una tecnología que permitirá interpretar de manera simultánea un discurso conservando la voz del orador.

Dentro del ámbito concreto de la interpretación simultánea surgen también otras posibilidades dignas de ser tenidas en cuenta como la transmisión de voz con WiFi utilizando intérpretes remotos o la existencia de empresas que ofrecen este tipo de servicios usando un teléfono móvil con conexión a internet (los intérpretes se encuentran en salas virtuales en streaming desde cualquier parte del mundo y el cliente se beneficia ante la participación  de traductores nativos del idioma que se requiera, lo que favorece la calidad), por señalar algunos ejemplos.

¿Quiere supone esta concatenación de innovaciones la desaparición de los traductores humanos en general y de los dedicados a las soluciones de interpretación simultánea en particular? En modo alguno; por el contrario, esta revolución contribuye a reforzar el papel que juegan los profesionales GILT y todo hace prever que así seguirá en el corto y medio plazo.

En la actualidad este tipo de dispositivos incurren todavía en errores provocados por la descontextualización y la deshumanización de la traducción, algo que no es aceptable en un entorno profesional que requiere unos elevados estándares de calidad. Muchas de estas máquinas no son capaces de captar la intención o el tono de los mensajes como puede ser la ironía.

Asimismo son aún relativamente frecuentes los fallos que tienen que ver con la traducción incorrecta de frases hechas o de palabras de idiomas diferentes ante los que una persona debidamente cualificada sí sabría captar su significado. Hay muchos conceptos de gran complejidad que a fecha de hoy la tecnología no es capaz de traducir (algo que, por ejemplo, se percibe con particular claridad cuando aludimos a los textos legales o científicos).

En suma, las NTIC están lejos de decodificar de manera correcta el lenguaje coloquial, una faceta inherente a una solución de interpretación simultánea caracterizada por una gran diversidad de matices, tonos y referencias culturales. El papel de los proveedores GILT sigue siendo esencial para otorgar a este tipo de servicios verdadero valor añadido y todos quienes formamos parte de esta industria hemos de tener la capacidad para transmitir fehacientemente a los clientes tal idea.

Pedro L. Díez Orzas

Presidente Ejecutivo de Linguaserve

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