En más de una ocasión hemos aludido en Contextos al valor estratégico que posee la terminología para una organización, basándonos en un que se trata de un elemento clave para el desarrollo de una lengua. En este artículo me gustaría resaltar que contar con una terminología completa y normalizada sienta las bases para que una lengua pueda ser empleada en diferentes contextos profesionales y científicos, lo que la actualiza e impulsa como instrumento de comunicación en una comunidad.
Boletín número 90