A nadie escapa que durante el transcurso de estos últimos años el sector GILT está asistiendo, en ocasiones con ciertos niveles de perplejidad, a los cambios paradigmáticos que están ocasionando las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. La tradicional visión de la traducción como algo artesanal es cada vez más marginal, la creatividad da paso a la productividad en una evolución imparable hacia el proceso industrial y, por ende, la demanda social, tecnológica y económica sobrepasa con creces lo logrado hasta ahora y pide respuestas al mundo profesional de la traducción.